SIBO: Qué es, causas, síntomas y tratamientos.

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¿Te sientes hinchado, con gases o fatiga después de comer? El SIBO podría ser la causa. Este trastorno digestivo afecta cada vez a más personas y muchas ni siquiera saben que lo padecen. En este artículo descubrirás todo sobre el SIBO: qué es, por qué aparece, cómo se diagnostica y, sobre todo, qué tratamientos médicos, farmacológicos y naturales existen para tratarlo eficazmente.

¿Qué es el SIBO?

SIBO es el acrónimo en inglés de Small Intestinal Bacterial Overgrowth, o lo que es lo mismo, sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. Se produce cuando bacterias que normalmente residen en el colon migran o proliferan de forma anómala en el intestino delgado, donde su presencia en exceso provoca fermentación indebida de los alimentos, malabsorción de nutrientes y numerosos síntomas digestivos.

¿Por qué se produce el SIBO?

Las causas del SIBO son múltiples, pero todas tienen algo en común: alteran la motilidad intestinal o cambian el entorno intestinal, permitiendo que las bacterias colónicas proliferen en el intestino delgado. Las causas más comunes incluyen:

  • Hipomotilidad intestinal (por estrés crónico, enfermedades neurológicas o medicamentos como los opioides).
  • Déficit de ácido gástrico (hipoclorhidria), que reduce la barrera natural contra microorganismos.
  • Cirugías abdominales (como bypass gástrico, resecciones).
  • Síndrome del intestino irritable (SII).
  • Enfermedades sistémicas como esclerodermia o diabetes mellitus.
  • Adherencias o fístulas intestinales.
  • Uso prolongado de antibióticos o inhibidores de bomba de protones (IBP).

Síntomas del SIBO: ¿cómo saber si lo tengo?

Los síntomas del SIBO son muy variados y a menudo se confunden con otros trastornos como el SII, intolerancia a la lactosa o dispepsia funcional. Los más comunes son:

  • Hinchazón abdominal (especialmente tras las comidas)
  • Flatulencias y eructos frecuentes
  • Dolor abdominal
  • Diarrea o estreñimiento (o alternancia de ambos)
  • Sensación de digestión lenta
  • Fatiga crónica
  • Malabsorción de nutrientes (déficit de B12, hierro, magnesio)
  • Pérdida de peso inexplicada
  • Síntomas neurológicos como niebla mental o ansiedad

Según un metaanálisis de Rezaie et al. (2017), hasta el 78% de pacientes con SII cumplen criterios para diagnóstico de SIBO.

¿Cómo se diagnostica el SIBO?

El método más utilizado y menos invasivo es el test de aliento con lactulosa o glucosa, que mide la producción de hidrógeno y metano por parte de las bacterias fermentadoras.

  • Test de aliento con glucosa: más específico, pero puede dar falsos negativos si el sobrecrecimiento está en tramos distales del intestino delgado.
  • Test de aliento con lactulosa: más sensible, aunque menos específico.

Se considera positivo cuando hay un aumento de hidrógeno >20 ppm o de metano >10 ppm en los primeros 90 minutos.

En casos seleccionados, puede realizarse una aspiración del contenido yeyunal para cultivo, pero es invasiva y poco práctica en clínica habitual.

Tratamiento del SIBO: enfoque integral

El tratamiento del SIBO debe ser individualizado y multifactorial, incluyendo:

  1. Erradicación bacteriana (farmacológica o fitoterapéutica)
  2. Control de los síntomas
  3. Corrección de causas subyacentes
  4. Prevención de recaídas

Veamos cada uno en detalle.

1. Tratamiento farmacológico: antibióticos específicos

La terapia más validada para erradicar SIBO son los antibióticos no absorbibles, entre los que destaca:

 Rifaximina

  • No se absorbe sistémicamente.
  • Amplio espectro contra bacterias grampositivas y gramnegativas, aerobias y anaerobias.
  • Dosis habitual: 550 mg cada 8 horas durante 14 días.
  • Alta tasa de erradicación (hasta 70%).
  • Aprobada por la FDA para el SII con predominio de diarrea.

 Neomicina

  • Se usa en combinación con rifaximina cuando hay producción elevada de metano (SIBO metanogénico).
  • Dosis habitual: 500 mg cada 12 horas durante 10 días.

Otros antibióticos usados según el perfil bacteriano incluyen:

  • Metronidazol
  • Ciprofloxacino
  • Doxiciclina

 Importante: siempre deben ser prescritos por un médico tras confirmar el diagnóstico.

2. Tratamientos naturales y suplementos para el SIBO

En los últimos años han ganado fuerza los tratamientos naturales basados en fitoterapia y suplementos, con eficacia comparable en algunos estudios a los antibióticos.

Fitoterapia antimicrobiana

Varios extractos de plantas han demostrado eficacia en estudios clínicos y in vitro:

  • Berberina: alcaloide antimicrobiano de plantas como el agracejo.
  • Orégano (aceite esencial): potente actividad antimicrobiana.
  • Neem: árbol tradicional de la medicina ayurvédica.
  • Ajo envejecido: sin efectos irritantes.
  • Extracto de semilla de pomelo.

 Estudio destacado: uno de Johns Hopkins (Chedid et al., 2014) mostró que una combinación de antimicrobianos herbales fue igual o más eficaz que la rifaximina.

Probióticos y prebióticos: ¿sí o no?

Aunque tradicionalmente se evitaban durante el tratamiento inicial del SIBO, algunos probióticos específicos pueden ayudar a:

  • Reequilibrar la microbiota
  • Mejorar la motilidad intestinal
  • Reducir la inflamación

Cepa más estudiada:

  • Saccharomyces boulardii
  • Lactobacillus plantarum
  • Bacillus clausii

A tener en cuenta: los probióticos deben utilizarse con cautela y supervisión en casos de SIBO activo.

Enzimas digestivas

Pueden aliviar síntomas como la hinchazón o la fermentación postprandial, especialmente cuando hay hipoclorhidria o insuficiencia pancreática asociada.

  • Betaína HCl con pepsina
  • Lipasas y proteasas vegetales
  • Enzimas específicas para almidones (amilasa, lactasa)

Dieta para el SIBO: ¿cómo comer para mejorar?

La dieta juega un papel esencial, aunque su objetivo no debe ser “matar bacterias”, sino aliviar síntomas y evitar recurrencias.

Dietas más recomendadas:

  • Dieta baja en FODMAPs: elimina temporalmente fermentables como lactosa, fructanos, galactanos y polioles. Es sintomática.
  • Dieta específica para carbohidratos (SCD): restringe almidones y azúcares complejos.
  • Dieta elemental: fórmula líquida con nutrientes predigeridos. Se usa en casos severos, pero es difícil de mantener.

Siempre debe ser supervisada por un dietista-nutricionista especializado en salud digestiva.

Prevención de recaídas y mantenimiento

Hasta el 50% de los pacientes con SIBO pueden experimentar recaídas si no se corrigen los factores predisponentes. Para evitarlas:

  • Tratar la causa subyacente (reflujo, hipotiroidismo, estrés crónico, SII, disbiosis).
  • Mejorar la motilidad intestinal con:
    • Agentes procinéticos: prucaloprida, eritromicina a dosis bajas.
    • Melatonina y 5-HTP (suplementos).
    • Jengibre: demostrado como procinético natural.
  • Mantener una dieta equilibrada baja en azúcares refinados.
  • Asegurar buena higiene del sueño y reducir el estrés.

Conclusión

El SIBO es una alteración compleja, infradiagnosticada y muchas veces confundida con otros trastornos digestivos. Sin embargo, el conocimiento actual permite diagnosticarlo con pruebas fiables y tratarlo con estrategias médicas y naturales de forma eficaz.

En tu farmacia de confianza, podemos ayudarte a identificar síntomas compatibles, asesorarte sobre suplementos y tratamientos naturales con base científica, y derivarte al especialista adecuado. Porque cuidar tu microbiota intestinal es también cuidar tu salud integral.

Preguntas frecuentes sobre SIBO (FAQs)

¿El SIBO se cura completamente?
En muchos casos sí, pero es frecuente que reaparezca si no se corrigen las causas de fondo.

¿Puedo tomar probióticos con SIBO?
Depende del caso. Algunas cepas específicas pueden ayudar, pero deben utilizarse con criterio.

¿Es útil la dieta baja en FODMAPs para SIBO?
Sí, alivia síntomas, pero debe hacerse como herramienta transitoria y supervisada.


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