¿Te has notado que te enrojeces con facilidad?
¿Tus mejillas parecen estar siempre sonrojadas, incluso sin haber hecho ejercicio?
Si alguna vez has notado enrojecimiento persistente en tu rostro, pequeñas venas visibles o brotes que parecen acné, pero no lo son, podrías estar experimentando los primeros síntomas de la rosácea

¿Qué es la Rosácea?
La rosácea es una afección cutánea inflamatoria crónica que afecta principalmente el rostro, con mayor incidencia en áreas como las mejillas, la nariz, la frente y la barbilla.
Esta condición se manifiesta a través de episodios de enrojecimiento facial, presencia de telangiectasias (pequeños vasos sanguíneos visibles), pápulas, pústulas similares al acné y, en algunos casos, engrosamiento de la piel.
Además, puede acompañarse de sensaciones de ardor, picazón e hinchazón en la zona afectada.
Aunque puede presentarse a cualquier edad, es más frecuente que se desarrolle en adultos jóvenes y tiende a ser más común en personas con piel clara. Más allá de los síntomas físicos, la rosácea puede tener un impacto emocional significativo, afectando la autoestima y la calidad de vida de quienes la padecen.
Las causas exactas de la rosácea aún no se comprenden por completo, aunque se han identificado factores genéticos, ambientales y del sistema inmunológico como posibles contribuyentes.
Entre los desencadenantes más comunes se encuentran el estrés, el consumo de alcohol, la exposición al sol, la ingesta de alimentos picantes y el uso de ciertos productos para el cuidado de la piel que generan irritación.
Aunque no existe una cura definitiva para la rosácea, un enfoque adecuado y el uso de productos específicos pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar notablemente la calidad de vida de las personas afectadas.
Tipos principales de rosácea:
- Eritemato-telangiectásica: Se caracteriza por enrojecimiento facial persistente, vasos sanguíneos visibles y sensación de ardor o picazón. La piel puede sentirse seca y áspera.
- Pápulo-pustulosa: Presenta granos rojos y espinillas con pus, enrojecimiento e inflamación. A menudo se confunde con acné, pero no hay puntos negros.
- Fimatosa: Se caracteriza por engrosamiento de la piel, textura irregular, poros agrandados y formación de nódulos y protuberancias, especialmente en la nariz (rinofima).
- Ocular: Afecta a los ojos, causando sequedad, ardor y enrojecimiento.
Otras variantes y características adicionales:
- Rosácea granulomatosa: Se caracteriza por nódulos firmes y amarillentos (granulomas) que pueden dejar cicatrices.
- Rosácea fulminante (o pioderma facial): Es una forma severa de rosácea con aparición repentina de pápulas, pústulas y nódulos. Es más común en mujeres jóvenes.
- Rosácea por esteroides: Es causada por el uso prolongado de corticosteroides tópicos y se caracteriza por enrojecimiento intenso y rebote inflamatorio al suspender el tratamiento.
Ojo con la Rosácea ocular
Remarcamos esta afección porque suele dar lugar a errores y tratamientos inadecuados, sobre todo con corticoides, que estarían desaconsejados.
La rosácea no solo afecta la piel del rostro, también puede manifestarse en los ojos, dando lugar a la rosácea ocular que puede causar una variedad de síntomas incluyendo: Ojos rojos e irritados, sequedad ocular, sensibilidad a la luz, visión borrosa, inflamación de los párpados (blefaritis) y aparición recurrente de orzuelos.
Los orzuelos son pequeñas protuberancias rojas y dolorosas que se forman en el párpado debido a una infección bacteriana o por ácaros, en las glándulas sebáceas del párpado o en la base de las pestañas.
La inflamación crónica asociada con la rosácea puede obstruir las glándulas sebáceas del párpado, lo que facilita la infección oportunista y la formación de orzuelos.
Diagnóstico diferencial: Es importante diferenciar los orzuelos causados por la rosácea ocular de otros tipos de orzuelos o de otras afecciones oculares, consulta a un oftalmólogo o dermatólogo para obtener un diagnóstico y un plan de tratamiento adecuado que aborde ambas condiciones.
¿Qué es el Demodex?
El Demodex folliculorum y el Demodex brevis son ácaros microscópicos que viven en los folículos pilosos y las glándulas sebáceas de la piel humana. Son parte de la microbiota normal de la piel, pero en personas con rosácea, su población tiende a ser significativamente mayor.

La conexión con la rosácea:
- Mayor densidad de Demodex: Se ha observado que las personas con rosácea, especialmente el subtipo pápulo-pustuloso, presentan una mayor cantidad de ácaros Demodex en su piel en comparación con personas sin la condición.
- Inflamación: Se cree que la presencia excesiva de Demodex puede desencadenar una respuesta inflamatoria en la piel. Esto puede ocurrir de varias maneras:
- Reacción a las bacterias del Demodex: Los ácaros Demodex albergan bacterias en su interior, como el Bacillus oleronius. Cuando los ácaros mueren, liberan estas bacterias, que pueden activar el sistema inmunitario y provocar inflamación en la piel.
- Irritación directa: La presencia física de un gran número de ácaros en los folículos pilosos puede irritar la piel y contribuir a la inflamación.
- Factores predisponentes: Se cree que ciertos factores, como la alteración de la barrera cutánea (común en la rosácea) y la inmunosupresión local, pueden favorecer la proliferación del Demodex.
¿Causa o consecuencia?
Aunque la presencia de Demodex está fuertemente asociada con la rosácea, aún no se ha determinado completamente si es una causa directa o una consecuencia de la condición. Es posible que sea un factor que contribuye al desarrollo y la gravedad de la rosácea en personas predispuestas.
Implicaciones clínicas:
- Tratamientos: Algunos tratamientos para la rosácea se enfocan en reducir la población de Demodex, como el uso de permetrina, ivermectina o aceite de árbol de té. Estos tratamientos pueden ayudar a controlar los síntomas inflamatorios de la rosácea.
- Diagnóstico: En algunos casos, se puede realizar un examen microscópico de raspados de piel para determinar la densidad de Demodex y evaluar su posible contribución a la rosácea.
En resumen: El Demodex juega un papel importante en la rosácea, probablemente al exacerbar la inflamación. Si bien no se considera la única causa, su control puede ser un componente clave en el manejo de esta condición cutánea.
La Rosácea y las Catelicidinas: Una Relación Inflamatoria
Diversos estudios han demostrado que los niveles de catelicidina están elevados en la piel de personas con rosácea.
¿Qué son las catelicidinas?
Imagina a tu piel como un castillo bien protegido. Las catelicidinas son como los “guardias” de este castillo, siempre vigilantes para defenderte de invasores como bacterias. Son péptidos antimicrobianos, es decir, pequeñas proteínas que forman parte de nuestro sistema inmune innato y tienen la función de combatir infecciones.
En las personas con rosácea, estos guardias (catelicidinas) empiezan a atacar de forma indiscriminada, incluso a las células sanas de la piel. Esta respuesta inflamatoria exagerada es la que provoca el enrojecimiento, las pústulas y otros síntomas característicos de la rosácea.
¿Por qué se activan tanto las catelicidinas?
La razón exacta aún se está investigando, pero se han identificado varios factores que podrían desencadenar esta respuesta inflamatoria:
- Microorganismos: Bacterias como el Demodex folliculorum pueden irritar la piel y provocar una mayor producción de catelicidinas.
- Factores genéticos: Algunas personas tienen una predisposición genética a producir más catelicidinas o a tener una respuesta inflamatoria más intensa.
- Factores ambientales: La exposición a factores externos como la luz ultravioleta, el estrés o ciertos alimentos puede desencadenar o empeorar los síntomas de la rosácea.
¿Por qué es importante conocer este mecanismo?
El descubrimiento del papel de la catelicidina en la rosácea abre nuevas vías para el desarrollo de tratamientos más específicos.
- Inhibir la producción de catelicidinas: Bloquear la producción de estas moléculas podría reducir la inflamación y aliviar los síntomas.
- Modular la respuesta inflamatoria: En lugar de bloquear las catelicidinas, se podrían buscar formas de disminuir la respuesta inflamatoria que provocan.
Es importante destacar que la rosácea es una enfermedad compleja con múltiples factores involucrados. La catelicidina es solo una pieza del rompecabezas.
Rosacea y salud intestinal
La relación entre el intestino y la piel es cada vez más evidente. Investigaciones han demostrado que el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) está asociado con una mayor prevalencia de rosácea. Los resultados de estudios clínicos sugieren que al tratar el SIBO con antibióticos tópicos, se puede observar una mejoría en las lesiones cutáneas características de la rosácea, lo que apunta a un posible eje intestino-piel en la patogénesis de esta enfermedad.
Hígado y la Rosácea: Una Conexión Sorprendente
La aparición de rosácea puede ser un biomarcador de hígado graso
Si bien la rosácea se manifiesta principalmente en la piel, cada vez más investigaciones apuntan a que nuestro órgano más grande, el hígado, podría jugar un papel importante en su desarrollo y agravamiento.

El hígado es el principal órgano encargado de filtrar las toxinas de nuestro cuerpo. Cuando está sobrecargado, puede no ser capaz de eliminar todas las sustancias nocivas, lo que podría provocar una acumulación de toxinas en el organismo que puede desencadenar procesos inflamatorios en todo el cuerpo, incluyendo la piel.
Además, el hígado y el intestino están estrechamente conectados. Una alteración en la flora intestinal, puede afectar la función hepática y contribuir al desarrollo de enfermedades inflamatorias como la rosácea.
Una depuración hepática, realizada de forma adecuada, puede aportar múltiples beneficios para las personas con rosácea.
Consejos para controlar la rosácea
Mantener la rosácea bajo control requiere un enfoque integral.
1. Identificar y evitar desencadenantes
Lleva un diario de tus síntomas y posibles desencadenantes.
El sol, el viento, el tabaco, el estrés, el alcohol, las comidas picantes, y otros alimentos, el ejercicio, los cambios bruscos de temperatura pueden empeorar la rosácea. Evita peelings y cosméticos que no sean hipoalergénicos.
Esto puede ayudarte a identificar qué situaciones, alimentos o productos agravan tu estado y así regularlos o evitarlos en el futuro.

2. Rutina diaria de cuidados
La elección de productos adecuados para el cuidado de la piel es fundamental. Si bien la rosácea requiere en muchos casos tratamiento médico-dermatológico, la cosmética juega un papel fundamental en el manejo diario de la condición.
Existen líneas cosméticas completas que tratan integralmente los síntomas y causas, proporcionando confort y previniendo brotes.
La piel con rosácea es extremadamente sensible y reactiva. El objetivo principal es calmar la piel, reducir la inflamación, fortalecer la barrera cutánea y reducir la fragilidad y estado de los capilares sanguíneos.
Función barrera: La alteración de la función barrera es un pilar fundamental en la fisiopatología de la rosácea. La pérdida de integridad de la epidermis conlleva una mayor permeabilidad a agentes irritantes, desencadenando una respuesta inflamatoria crónica. La consiguiente pérdida transepidérmica de agua exacerba la sequedad y la sensibilidad cutánea.
Restaurar la función barrera es esencial para modular la inflamación, aliviar los síntomas y prevenir exacerbaciones.
Teniendo en cuenta que no existe una solución única que funcione para todos. Encuentra los productos que te sientan bien y úsalos con constancia.
Y debemos de pensar en todos los productos, desde la limpieza al maquillaje, no solo las cremas o serums.

- Limpieza: Opta por limpiadores en gel o crema que no alteren la barrera cutánea y con pH balanceado. Evitando Sulfatos, fragancias, alcohol y aceites esenciales.
- No frotes ni exfolies agresivamente.
- Usa agua tibia en lugar de caliente.
- Seca tu piel con toques suaves, sin frotar.
- Hidratación: La piel con rosácea tiende a deshidratarse fácilmente. Busca hidratantes que contengan ingredientes reparadores, calmantes, hidratantes y humectantes, cicatrizantes y emolientes, que no obstruyan los poros y refuercen la barrera cutánea.
- Sérum: Con ingredientes como niacinamida, ácido azelaico o extracto de regaliz y otros activos beneficiosos.
- Maquillaje: Específico para pieles sensibles, productos que sean no comedogénicos y que contengan ingredientes calmantes. Algunas marcas ofrecen bases específicas para pieles con rosácea, que ayudan a disimular el enrojecimiento sin causar irritación.
- Protección Solar: El uso diario de protector solar es imprescindible. Opta por fórmulas minerales con óxido de zinc o dióxido de titanio, que son menos irritantes para la piel sensible o fórmulas específicas para rosácea.
3. Suplementación

El enfoque integral de la rosácea comprende los tratamientos de la piel y de los órganos internos para regular todas las posibles causas o factores predisponentes.
No se trata de tomar de todo lo enunciado sino que según tu estado y momento, aproveches los beneficios de unos u otros productos. Siendo bastante interesante hacer algunas tandas al año de los que tienen acciones preventivas =probióticos, depurativos, probióticos,etc).
El Papel de los Probióticos en la Rosácea
Se ha descubierto que existe una conexión entre la salud intestinal y la salud de la piel. Un equilibrio adecuado de la flora intestinal puede contribuir a una mejor respuesta inmunológica, ayudando a mitigar las inflamaciones y las reacciones alérgicas y mejorando la inmunidad.
Algunos estudios sugieren que ciertos probióticos pueden tener propiedades antiinflamatorias que podrían reducir los brotes de rosácea.
Normalizan la flora bacteriana de la piel evitando que proliferen bacterias y ácaros oportunistas cuando se desequilibra el ecosistema de la piel.
Puedes incorporar probióticos en tu rutina de dos maneras:
- Vía tópica: Usando cremas o sérums que contengan probióticos o prebióticos que alimenten a las bacterias beneficiosas de la piel y regulen las infecciones oportunistas.
- Vía oral: Tomando suplementos probióticos específicos que optimicen la salud intestinal y la permeabilidad ante alérgenos.
Ácidos grasos omega-3 y rosácea
- Propiedades antiinflamatorias: Los ácidos grasos omega-3, tienen potentes efectos antiinflamatorios. Pueden ayudar a reducir la inflamación en la piel, lo que a su vez disminuye el enrojecimiento y las lesiones asociadas con la rosácea. Otros ácidos grasos, como los omega-6 y omega-9, también pueden contribuir a la salud de la piel al mejorar la función de la barrera cutánea y reducir la inflamación.
- Mejora de la barrera cutánea: Una barrera cutánea comprometida puede exacerbar los síntomas de la rosácea. Los ácidos grasos son componentes esenciales de las membranas celulares y ayudan a mantener la integridad de la barrera cutánea. Al fortalecer esta barrera, se puede reducir la sensibilidad de la piel y la susceptibilidad a los irritantes.
- Reducción del enrojecimiento: Al disminuir la inflamación y mejorar la función de la barrera cutánea, los suplementos de omega-3 y otros ácidos grasos pueden ayudar a reducir el enrojecimiento facial asociado con la rosácea.
Si bien es posible obtener ácidos grasos a través de la dieta, los suplementos pueden ser muy útiles para asegurar una ingesta adecuada, especialmente de omega-3.
Otras vitaminas y plantas medicinales interesantes para una piel con rosácea:
- Vitamina E: Acción antioxidante: Ayuda a proteger la piel del daño causado por los radicales libres, que pueden contribuir a la inflamación y enrojecimiento característicos de la rosácea. Mejora la barrera cutánea, ayudando a retener la humedad y prevenir la sequedad.
- Selenio: Antioxidante: Trabaja en sinergia con la vitamina E para combatir el daño oxidativo. Antiinflamatorio: Puede ayudar a reducir la inflamación asociada con la rosácea.
- Zinc: Es esencial para la reparación de tejidos y puede ayudar a acelerar la cicatrización de las lesiones cutáneas. Antiinflamatorio: Contribuye a reducir la inflamación.
- Reishi (Ganoderma lucidum): Antiinflamatorio: Tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que pueden ayudar a calmar la piel irritada. Modulador del sistema inmunológico: Puede ayudar a regular la respuesta inmunológica, que a menudo está desregulada en la rosácea.
- Rusco: Fortalecimiento capilar: Mejora la circulación sanguínea y fortalece los capilares, lo que puede reducir el enrojecimiento y la inflamación. Efecto vasoconstrictor: Ayuda a reducir la dilatación de los vasos sanguíneos.
- Vid roja: Antioxidante: Rica en flavonoides, que tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Protección solar natural: Ayuda a proteger la piel de los daños causados por los rayos UV.
- Castaño de Indias: Mejora la circulación: Fortalece las paredes de los vasos sanguíneos y mejora la circulación, lo que puede reducir la hinchazón y el enrojecimiento. Efecto antiinflamatorio: Ayuda a reducir la inflamación.
- Metil sulfonil metano (MSM): Antiinflamatorio: Tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que pueden ayudar a reducir la inflamación y el enrojecimiento. Además puede ayudar a regular la respuesta inmunológica.
- Centella asiática: Mejora la circulación y la producción de colágeno.
4. Adopta un estilo de vida saludable
Una alimentación balanceada, rica en antioxidantes, fibra y otros prebióticos y nutrientes antinflamatorios, puede contribuir positivamente a la salud de tu piel.
Además, la práctica de técnicas de manejo del estrés como el yoga o la meditación y la fitoterapia, puede ayudar a reducir brotes.
Consultar periódicamente a un dermatólogo
Un seguimiento regular con un especialista puede ser clave para ajustar tu tratamiento según sea necesario y para obtener el apoyo que requieres para manejar la rosácea a largo plazo.
Medicamentos y tratamientos para la rosácea:
Estos tratamientos siempre deben de emplearse bajo la prescripción y supervisión de un médico.
Tratamientos tópicos: cremas y geles para la rosácea leve
Para el enrojecimiento leve a moderado, las cremas y geles tópicos pueden ser una excelente opción. Algunos ejemplos incluyen:
- Brimonidina y oximetazolina: Estos medicamentos actúan estrechando los vasos sanguíneos, lo que reduce el enrojecimiento en unas 12 horas. Sin embargo, su efecto es temporal y el uso excesivo puede empeorar el enrojecimiento. Se recomienda usarlos ocasionalmente, antes de eventos importantes.
- Metronidazol: Este antibiótico tópico ayuda a reducir la inflamación y el enrojecimiento.
- Ácido azelaico: No solo combate el enrojecimiento, sino que también es eficaz contra las lesiones acneicas.
- Ivermectina: Utilizada en cremas, tiene propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas.
Estos tratamientos tópicos ayudan a controlar las protuberancias y granos de la rosácea. Los resultados con ácido azelaico y metronidazol pueden tardar entre 2 y 6 semanas en aparecer, mientras que la ivermectina puede tardar un poco más, pero sus efectos suelen ser más duraderos que los del metronidazol. A veces, la combinación de dos o más de estos productos ofrece los mejores resultados.
Tratamientos vía oral
- Antibióticos orales: para casos más graves :
- En casos de rosácea más severa, con acné, granos y pústulas, el médico puede recetar antibióticos orales, como la doxiciclina o la minociclina.
- Isotretinoína oral: una opción para casos resistentes. Para la rosácea grave que no responde a otros tratamientos, se puede considerar la isotretinoína, un potente medicamento oral para el acné que también ayuda a reducir las protuberancias causadas por la rosácea. Es crucial destacar que este medicamento no debe ser tomado durante el embarazo debido al riesgo de malformaciones congénitas.
Tratamiento con láser y luz pulsada:

El tratamiento con láser es una opción efectiva para mejorar la apariencia de los vasos sanguíneos dilatados y el enrojecimiento persistente. A menudo, ofrece mejores resultados que las cremas o medicamentos por vía oral para este síntoma específico. El láser se dirige a las venas visibles, por lo que es más eficaz en pieles claras que no están bronceadas.
Consideraciones sobre el tratamiento con láser:
• Riesgos y beneficios: Es importante hablar con un profesional de la salud sobre los riesgos y beneficios del tratamiento con láser.
• Efectos secundarios: Los efectos secundarios comunes incluyen enrojecimiento, hematomas e hinchazón temporales. Los efectos secundarios menos comunes pueden ser ampollas y cicatrices. El cuidado posterior con hielo y una rutina de cuidado de la piel suave pueden ayudar en la recuperación. En pieles más oscuras, el láser puede causar cambios permanentes en la pigmentación.
• Resultados y mantenimiento: Los resultados completos del tratamiento con láser pueden tardar semanas en ser visibles y, a menudo, se requieren sesiones de mantenimiento.
Esclerosis
La esclerosis es un procedimiento médico que se utiliza para tratar las telangiectasias, es decir, los vasos sanguíneos pequeños y dilatados que se hacen visibles en la piel, uno de los síntomas característicos de la rosácea. Consiste en inyectar una sustancia esclerosante, directamente en el vaso sanguíneo afectado. Esta sustancia irrita las paredes del vaso, lo que provoca su cierre y posterior reabsorción por el organismo, reduciendo así su visibilidad.
Es un procedimiento relativamente rápido y poco doloroso, aunque puede causar algunas molestias y hematomas temporales en la zona tratada.
Electrocoagulación
La electrocoagulación es otra técnica que se utiliza para tratar las telangiectasias y otras lesiones cutáneas, como las pápulas y pústulas de la rosácea. Se basa en la aplicación de una corriente eléctrica de alta frecuencia (diatermia) que genera calor (termólisis) en el tejido objetivo, destruyendo así las estructuras no deseadas.
Es un procedimiento preciso que permite tratar selectivamente las áreas afectadas, minimizando el daño a los tejidos circundantes.
Crioterapia
La crioterapia es un tratamiento que utiliza nitrógeno líquido para congelar y destruir selectivamente ciertas estructuras de la piel, como las telangiectasias, las pápulas y pústulas de la rosácea, e incluso el rinofima (engrosamiento de la nariz) en casos más avanzados.
El nitrógeno líquido se aplica directamente sobre la lesión mediante un hisopo, un spray o una sonda. El frío extremo congela el agua dentro de las células, lo que provoca su ruptura y posterior eliminación. Es un procedimiento rápido y eficaz, aunque puede causar sensación de ardor o dolor durante la aplicación y la formación de una costra que se cae al cabo de unos días.
La relación entre la rosácea y la exposición al sol

Si bien la radiación ultravioleta (UV) no es la causa directa de la rosácea, el sol y el calor que genera son desencadenantes importantes de brotes y empeoramiento de los síntomas.
La exposición al sol es uno de los factores ambientales que con mayor frecuencia exacerban la rosácea.
El calor de los rayos solares provoca la dilatación de los vasos sanguíneos en la piel del rostro, lo que intensifica el enrojecimiento característico de la rosácea.
La exposición solar daña la piel, haciendo que la epidermis se vuelva más delgada y las fibras elásticas se deterioren. Esto provoca que los capilares de la dermis se hagan más visibles.
Aumento de la inflamación: La radiación UV puede aumentar la inflamación en la piel, lo que agrava los síntomas de la rosácea como el enrojecimiento, las pápulas y las pústulas.
Sensibilidad al calor: Las personas con rosácea suelen tener una mayor sensibilidad al calor, lo que las hace más propensas a experimentar brotes durante la exposición solar.
No es la causa, sino un factor agravante: Es importante recalcar que el sol no causa la rosácea, sino que actúa como un factor que desencadena o empeora los síntomas en personas que ya tienen predisposición a la condición.
Recomendaciones clave:
- El uso diario de un protector solar de amplio espectro SPF 50 es fundamental para proteger la piel de los efectos nocivos del sol.
- Se debe evitar la exposición directa al sol durante las horas de mayor intensidad.
- El uso de sombreros de ala ancha, gafas de sol y ropa protectora puede ayudar a reducir la exposición al sol.
- Siempre que sea posible, busca la sombra para evitar la exposición directa al sol.
Conclusión
La rosácea puede ser una condición desafiante, compleja, pero con los productos y cuidados adecuados, y la orientación de un profesional, es posible mantenerla bajo control.
Cada piel es única, por lo que es importante escuchar a tu cuerpo y ajustar tu rutina según tus necesidades.
Sé paciente: cuidar la piel con rosácea es un proceso, pero los resultados valen la pena. Cada paso que tomes hacia el cuidado de tu piel cuenta, y que no estás solo en este viaje.
¿Tienes alguna pregunta sobre la rosácea?
Visítanos en farmacia parque Yamaguchi de Pamplona y te ayudaremos a mantener la mejor condición posible para tu bienestar.
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